Codependencia

Yo no vendo humo ni soy un gurú. No tengo respuestas ni soluciones. No sé muy bien muchas veces como ayudar a esos familiares tan desesperados y derrotados que claman ayuda a gritos y nadie les da una solución. Pero sí puedo aportar mi experiencia y descubrir públicamente cómo pensamos los alcohólicos, cómo funcionamos, cómo maquinamos.

Tal vez no sea la ayuda suficiente, pero sí es un paso para comprender mejor el porqué de nuestra conducta y nuestra actitud.
Tal vez con esa perspectiva “del otro lado”, se puedan crear estrategias para conseguir que el enfermo, por mucha resistencia y negativas a recuperarse que presente; por muchos intentos fallidos y fracasos, consiga al final como mínimo ponerse en tratamiento y dejarse ayudar

Por lo tanto, es importante dejar claro que no me molesta el consumo de alcohol ni las personas que lo beben. Me molesta la desinformación, confusión y falta de sinceridad en las consecuencias y los riesgos de no hace un uso debido del consumo.

Pero si algo me molesta más todavía, es que nos tomen el pelo y jueguen con la sensibilidad y las vidas de los familiares que padecen la codependencia por tener que convivir o mantener a una persona enferma de alcoholismo.

Todos los alcohólicos, sus familiares, amigos, y entorno, de una manera más o menos intensa sufren al final igual. Intentar comparar el sufrimiento o averiguar quién lo pasa peor es un desgaste de tiempo y energía absurdo que mejor sería emplearlo en seguir un tratamiento y hacer una buena recuperación. No busquemos tablas, escalas, o formas de registrar ese dolor porque ningún dolor del alma se puede medir

Repetimos este programa con el testimonio de una madre, para reflejar el sufrimiento que causamos en ellos, los que hemos enfermado por alcohol u otras substancias

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