Caminando hacia atrás, evidentemente no se avanza.

No sé si será por la inmadurez que tenemos los alcohólicos y esa conducta tan infantil que nos caracteriza que poniendo los titulares, a veces me siento como en «Barrio Sésamo» (Un programa infantil, para aquellos que no lo sepan, en que te explicaban las cosas lo más detalladas y lógicas posibles para que lo comprendieras)

El titular de hoy es uno de esos: «Caminando hacia atrás, evidentemente no se avanza».

El vivir esta enfermedad diariamente en los demás y en mi persona me hace comprobar la resistencia que ofrecemos a querernos recuperar y llevar una vida en paz, tranquila, y estable.

Hemos olvidado el significado de los conceptos «esfuerzo y sacrificio». Me da la impresión de que muchos quieren salir de esta enfermedad sin hacer nada, o lo que es peor, caminando hacia atrás y retrocediendo en cada paso que damos.

Da igual el enfermo que el patrón de conducta y comportamiento se repite una y otra vez: Nos quejamos, lamentamos, seguimos haciéndonos la víctima, culpamos a todo y todos, pataleamos, nos mantenemos poco dinámicos o sedentarios, no tenemos afán o curiosidad por aprender, descubrir,… seguimos existiendo, que no viviendo, no contemplamos, no saboreamos los pequeños detalles que la vida nos regala constantemente, no profundizamos en  nuestro interior, no reflexionamos ni analizamos bien las situaciones y circunstancias de nuestra vida,no nos esforzamos en nada para cambiar a aquella persona que estaba destruida y derrotada.

Es como si pretendiéramos recuperarnos por arte de magia.

La botella no se tapa, se entierra tan profunda y lejana que no debemos recordar donde lo hicimos.

Si decidimos de verdad dejar de beber y recuperarnos de esta enfermedad … pasos hacia atrás, ni para dar impulso.