Aprovecharse de la ayuda.

Los alcohólicos no vemos nunca la ayuda recibida como una acción desinteresada y por amor, sino como si fuera una obligación por parte de quien la presta.

Esa ceguera nos insensibiliza y lo vemos como algo muy normal. Nos acostumbramos a que todos estén siempre disponibles y a nuestra merced.

La ayuda es mucho más que consejos o sugerencias para que dejemos de beber sino que en ocasiones debe intervenir el reproche,la recriminaciónn, y las palabras salidas de tono. Eso no nos agrada. Nosotros solo queremos oír lo que deseamos escuchar.

Cuando no se da de esta manera, nuestra actitud cambia y donde antes veíamos buena intención,ahora vemos amenaza.

En definitiva,queremos que nos ayuden cuando estamos mal pero no queremos dejar de beber. Y eso, contentar a los que nos quieren y a la botella a la vez es imposible.

Por esa razón nos aprovechamos de la ayuda con fines interesados y manipuladores para sólo tomarla cuando no atenta contra nuestra imperiosa y enfermiza manera de beber. Todo lo demás, aunque sea ayuda y amor, no lo vemos de esta forma si se entromete entre la botella y nuestra enfermedad.