¡Aprende a escucharte!
La voz más difícil de escuchar siempre es la de uno mismo. Nos llega tanta información y estímulos externos que saturan nuestra capacidad de hacerlo. Por eso, es muy importante «parar el mundo» por un instante centrándonos en eso que llaman voz interior.
Los enfermos alcohólicos que de verdad queremos y pretendemos salir de esta condena, el consumo abusivo, compulsivo o sin control, necesitamos reflexionar mucho. No es suficiente sólo con la intención y tampoco con la opinión ajena y externa. El dejar de beber es «cosa nuestra». Por lo tanto, por muchos años que hayamos estado intoxicados, cuando comenzamos el largo camino de recuperación debemos prestarnos atención a lo que en realidad deseamos nosotros y no lo que nos pide la necesidad.
Quién de verdad quiere salir de esta tortura llamada alcoholismo hará ese esfuerzo, será honesto dejándose de mentir y auto-sabotear y sólo así podrá comenzar a andar por el camino correcto.
A veces, en los más pequeños detalles está la grandeza de la recuperación