Angustiado y angustiando

Ese es el estado de ánimo en que el vivimos los alcohólicos y el efecto que producimos en los demás.

¡Qué difícil se me hace a veces intentar hacer comprender esta enfermedad sin justificarla ni obviando a todos «los invisibles» que la padecen indirectamente!

¿Angustiados? ¡Sí, mucho, exageradamente!

¿Angustiamos? ¡También, mucho, exageradamente!

De un pequeño matiz en el tiempo verbal entre participio y gerundio, la acción del verbo trasmite un complejo entramado de sensaciones, experiencias y emociones del significado.

No puedo obviar ni hacer la analogía sobre la respuesta de Camilo José Cela cuando fue preguntado en una ocasión si estaba dormido. El respondió que no, que estaba durmiendo, a lo que fue replicado si no era lo mismo una cosa que la otra, contestando con mucho ingenio y astucia para hacer comprender lo importante que es la utilización correcta del lenguaje: ¡No, no es lo mismo estar dormido que estar durmiendo como tampoco es lo mismo  estar jodido que estar jodiendo!

Pues lamentablemente, aunque sea cómica la anécdota, lo mismo sucede extrapolado a un contexto de convivencia alcohólica: No es lo mismo estar angustiado que estar angustiando.

Estar angustiado por el consumo cuando has enfermado, es un estado «natural» y provocado. No obstante, «estar angustiando» (preocupando, dejando sin dormir, sin estar tranquilos, sin vivir a otros que no son los consumidores, como suele ser el caso de familia, pareja, amigos y entorno cercano), es un acto indirecto que repercute como consecuencia de la enfermedad haciendo que los demás enfermen.

¿La diferencia?: El angustiado puede poner remedio sometiéndose a tratamiento y recuperándose. El que está siendo angustiado, no. No depende de él/ellos sino de la decisión de un tercero, porque por mucho que quieran sanar y evitar la coodependencia, el amor que se siente por la persona enferma de alcoholismo hace casi imposible que ésta se supere si no ven que él también lo hace o como mínimo lo intenta.

No soy partidario de sugerir la recuperación alcohólica por una motivación extrínseca como sería este caso: Dejar de beber para que los demás no sufran.

No soy partidario porque aunque nada más me gustaría que esto funcionara y fuera real, tengo la firme convicción que si el enfermo alcohólico no lo hace por él, … la recuperación está condenada al fracaso.

Sin embargo, que no esté a favor de esta estrategia no significa que no la deseo para todas las familias del mundo.

1 Comment

  1. Adriana Claros en Facebook el 24 enero, 2017 a las 10:44 am

    Exelente explicación.

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