Amantes del conflicto

 

«Estamos en este mundo para convivir con la armonía. Quienes lo saben no luchan entre sí» Buda

«Es bebedor pero no se mete en líos y es muy pacífico. Pues el mío,todo lo contrario,cuando bebe se pone muy agresivo…»

El conflicto es el aire que nos permite respirar. En el ejemplo anterior pongo los dos polos opuestos del comportamiento de una persona cuando está bajo los efectos del alcohol (pacífica y violenta). En ambos,aunque a simple vista no se detecte,existirá un patrón de conducta similar.Si son alcohólicos,independientemente de como se manifiesten cuando han bebido o estén bajo los efectos del alcohol (el día después,la resaca,síndrome de abstinencia,etc),serán depredadores: Crearán la causa,si no existe,para poder ir a beber.

La mejor forma es siempre provocando el conflicto.

Todos los alcohólicos huimos de la armonía,equilibrio,y estabilidad. Nuestra necesidad de consumir nos obliga a estar en permanente conflicto para poder buscar una excusa o justificación que nos lleve a beber.

Unos,los más violentos tal vez,utilizarán «el portazo» (me voy porque siempre me reprochas o me pones malas caras. Aquí no puedo aguantar…),la no comunicación (ante cualquier insignificancia,un comentario,una opinión,haremos de un grano de arena una montaña y magnificaremos la situación tensándola hasta que explote por algún lado. esa será la oportunidad para escaparse a consumir). Los menos,los bebedores pacíficos,tal vez caigan más en gracia y a primera vista confundan al no crear una discusión o necesitar del escándalo,pero al final su comportamiento es el de buscar una situación similar sustituyendo los gritos por la mentira,o la agresión por manipulación ( hoy no puedo venir o hacer eso o aquello porque necesito hacer lo otro que es más importante que lo que tú propones. Al final,usando buenos modos y palabras,dejará todas las responsabilidades mediante la trama y el engaño para irse a su rollo y poder beber incluso haciendo sentir culpable al familiar,con su tono moderador y conciliador).

Para beber necesitamos una excusa. Si somos alcohólicos,seguramente ,los argumentos y excusas se acabaron o se han repetido demasiadas veces. ¿Solución? Crear tensión.

» Déjalo que se vaya o mejor que no esté aquí,así estamos más tranquilos». Esta frase que se oye frecuentemente en miles de hogares,es el ejemplo que mejor define la situación expuesta.

Triste pero cierto. A veces la familia o el entorno prefiere la ausencia del enfermo porque en ese tiempo es los únicos momentos de paz y tranquilidad que se respiran en el hogar.[youtube]http://youtu.be/6EljX5-Wgbo[/youtube]

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