«… algún día aprenderé a beber controlando.»
Si frecuentemente pierdes el control bebiendo … ya no hay mucho que aprender a no ser que lo que aprendas sea que ya no puedes beber
¿No poder beber?
¡Que jarro de agua helada para un alcohólico!
La pérdida de control, junto con la dependencia,el abuso y la tolerancia, es la conducta que más manifiesta la enfermedad.
Para los incrédulos, decirle que de cada 100 que piden ayuda, 99 es porque pierden el control, no saben beber y cada vez que consumen tienen consecuencias por ello.
Sólo el 1 restante lo hace por problemas físicos o por propia voluntad.
La pérdida de control con el alcohol es el «punto sin retorno».
Ya no importa si eres o no eres alcohólico, cuándo, cómo, porqué, cuánto … porque si cada vez que bebes la lías parda, cambias de humor y estado de ánimo, te comportas de modo diferente, te pierdes en la temporalidad con lagunas para recordar lo que hiciste, y siempre te aporta consecuencias negativas de una u otra índole, padeces reproches o te lamentas y tienes remordimiento al desaparecer los efectos, tienes un grave problema que suele llamarse enfermedad crónica e irreversible.
Si te sucede esto, … no te plantees aprender a beber sino más bien el dejar de hacerlo.
No hay escuelas ni academias para aprender a beber. Hay centros, especialistas, y asociaciones para ponerte en tratamiento y recuperarte.