Al límite

Soy especialmente crítico con un concepto (mejor dicho, una de esas tantas etiquetas que nos ponen) en el que se describe en un lenguaje pseudo-científico al bebedor compulsivo, dependiente y con episodios frecuentes de abuso como «Bebedor de riesgo».

¿Qué coño es bebedor de riesgo? Para mí visión práctica de ver esta enfermedad, solo hay dos tipos de consumidores de alcohol: Los que beben por ocio, alterne, tradición o influencia social pero no tienen consecuencias por ello y por lo tanto no han enfermado, y los enfermos alcohólicos: Los mismos que los anteriores pero el placer pasó a ser una necesidad, y el bienestar o recompensa de consumir un despropósito de continuas consecuencias negativas para él y todos los que le rodean.

No es bueno «ofrecer» una posibilidad de interpretación intermedia. ni bebedor de riesgo, ni bebedor social, ni bebedor astronauta.

La información útil para salvar vidas y evitar no confundir a la sociedad sobre esta enfermedad llamada alcoholismo se basa en la «no confusión». como más posibilidades y argumentos de interpretación demos a la forma de consumir, más probabilidad hay de que el alcohólico lo interprete a su manera.

¡O sí o no, pero nada de medias tintas!

Bebedor de riesgo es ese concepto que utilizan «sutil» para no mojarse en el que le están diciendo a una persona: «Usted bebe mucho, con frecuencia, mucha cantidad, suele abusar y excederse y, aunque no haya enfermado, si sigue así puede hacerlo».

Esto es una chorrada burocrática.  Sí, no importa ser muy listo para entender lo que te están diciendo cuando te clasifican, etiquetan, y categorizan en este subgrupo: O dejas de beber, reduces, moderas, o lo haces con responsabulidad o acabarás enfermo crónico e irreversible.

El resumen de toda esta parafernalia es más simple de tanta explicación y vueltas que le dan al tema: están advirtiendo al consumidor de alcohol que ya está al límite, al borde del abismo. Y como sabemos todos por condición innata, quien juega con fuego …acaba quemándose.