180º
Cuando el alcoholismo te pasa cerca, te roza, o ya te pasa a ti … la enfermedad se ve totalmente con otra perspectiva. Hay un giro radical en la forma de considerarla y juzgarla de 180º
Tomar conciencia no es sólo reconocer el alcoholismo como enfermedad sino comprender que esta es mucho más que intoxicaciones o conductas debido a ellas.
Los alcohólicos vivimos atrapados entre dos mundos: la persona y el enfermo.
El enfermo anula a la persona, por lo tanto mientras éste esté en ese estado de intoxicación y aturdimiento, anestesiado y con la necesidad imperiosa de consumir y anteponer el consumo a cualquier circunstancia, la verdadera persona que hay en el interior no asomará.
» Es muy buena persona pero cuando bebe …» Esta es la frase más repetida y escuchada cuando te hablan de alguien con serios y graves problemas de alcohol. Es la expresión estrella de la solicitud de ayuda.
Vivimos inmersos en una sociedad donde todos hacemos juicios y prejuicios gratuitamente. Muchas veces sin propiedad ni entendimiento.
La cosa se ve de otra manera cuando esta enfermedad que la mayoría se niega a reconocerla, pasa cerca o en nuestra propia casa. Es entonces cuando se comienzan a entender muchos comportamientos que desde la distancia veíamos como anormales y juzgábamos con crueldad y dureza.
Todo alcohólico se merece la oportunidad de recuperarse y poder demostrar esa capacidad humana y bondadosa que está atrapada en su enfermedad. Otra cosa muy distinta es que el enfermo no quiera aprovecharla.
No seamos tan simplones y comencemos a concienciarnos intentando esforzarnos por comprender mejor, que todo lo que sucede cuando alguien «no sabe beber», abusa, o pierde el control, tal vez no sea por intención sino por necesidad y enfermedad.